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Monday, November 18, 2024

¿Cómo luce hoy la estrella de ‘Cuando Harry conoció a Sally’?

La actriz no tardó mucho en encontrar el género que definiría su carrera artística. Fue a finales de los años 80 e inicios de los 90 que su presencia en pantalla la colocó como favorita de las comedias románticas y se ganó el dote de ser la nueva America’s sweetheart de una nueva era. Además, una escena de la película When Harry Met Sally, en la que Billy Cristal, su personaje, finge un orgasmo en pleno restaurante, se convirtió en uno de los momentos más icónicos en la industria del cine. La carrera de Meg Ryan despegó hacia la cima.

¿Qué pasó con Meg ?

En 2002, siendo una de las actrices mejor pagadas de la industria, Meg optó por dar un giro a su filmografía. Tras el éxito de Kate & Leopold, otra comedia romántica con Hugh Jackman, experimentó en el género del thriller con la cinta In the Cut (En carne viva). Su interpretación como una profesora solitaria que se embarca en una relación con un detective que investiga una serie de crímenes, fue un fracaso. La alta carga erótica de la cinta obligó a Ryan a realizar varios desnudos y escenas de sexo explícito, algo no precisamente nuevo para ella pero que sí marcaría un error imborrable a su carrera. “In the Cut fue un antes y un después en mi carrera. La reacción de la gente fue cruel”, confesó a The New York Times.

Con el paso del tiempo, Meg reconoció que su deseo por romper con su imagen romántica, la llevó por un camino turbulento que marcó un importante declive en su carrera profesional. “Desde ese momento, los publicistas me dijeron que debí haber preparado a mis fans, porque el sexo ‘saca’ a la gente. Nunca me había presentado tan sexual y la cinta fue muy diferente al arquetipo que tenía tatuado en la cara”. Por supuesto, Ryan pensó que era el final de su trayectoria. “Pensé que estaba acabada y ellos probablemente pensaron lo mismo”. De inmediato, las críticas no se hicieron esperar y Meg tuvo que refugiarse en su vida personal. Dicho sea de paso, tampoco atravesaba un buen momento, pues su matrimonio con Dennis Quaid también había llegado a su fin.

El escándalo personal de Ryan

Al tiempo que Ryan trataba de cambiar de género en la industria, su decisión generaría un cambio irreversible a nivel personal. Meg Ryan y Dennis Quaid se casaron en 1991 y tuvieron un hijo un año después, Jack. Aunque eran una pareja ejemplar en el turbio e inestable mundo de Hollywood, sus problemas maritales llegaron a un punto crítico cuando decidieron separarse en 2001. La separación fue una decisión que tomaron en conjunto, pero Meg no se salvó de ser señalada como infiel, tras darse a conocer su aventura con Russell Crowe, su coprotagonista de Prueba de vida, la cinta que promocionaba al mismo tiempo que su relación con Dennis se derrumbaba.

La química entre Ryan y Crowe fue innegable para el elenco y staff de la cinta e incluso, llegó a incomodarlos. Los rumores dentro del set señalaban a la actriz como una mujer ‘extremadamente enamorada’ de su compañero. Y el escándalo de este affair fue tal, que el director de la cinta la culpó del fracaso de la película en taquilla. Sin embargo, al darse cuenta de que tanto su vida profesional como personal no iban por buen camino, Ryan levantó la cara ante la adversidad. Obvio está, su romance con Crowe tampoco llegó a buen puerto y el escándalo provocó su ruptura de inmediato.

Ella estaba consciente de ser el hazmerreír en medio de un drama personal. “La censura pública o la desaprobación no tiene poder si te conoces a sí mismo. Es un verdadero regalo cuando sabes que nunca puedes manejar una historia y debes dejar de preocuparte. Sentí como si yo fuera la mala de la historia, pero sabía que no había sido así”, compartió a The New York Times Magazine en aquel entonces. Por si fuera poco, salió en defensa de Russell al ser señalado como ‘culpable’ del final de su matrimonio con Dennis Quaid. “Sí estuvo ahí pero no fue su culpa”. Y en un intento por exponer un poco más de su vida privada, salió en defensa propia. “Lo que nadie vivió ni vio fue la realidad de mi matrimonio durante nueve años. Dennis no me fue fiel mucho tiempo y eso fue doloroso. Descubrí mucho más sobre su traición una vez que decidí divorciarme”, confesó.

Sus hijos, su sanación

En sus 41 con un divorcio a cuestas y una carrera en declive, Ryan se encerró en su capullo para dedicarse en cuerpo y alma a su mejor rol en la vida: ser mamá. Aunque su hijo Jack, el único hijo de su matrimonio con Quaid, ya era mayor, la actriz decidió adoptar a Daisy True Ryan en solitario. Era común verla por Manhattan de paseo con ella y asistiendo a las actividades de una niña que sólo iba a la escuela y a sus clases de ballet con su mamá.

Aunque intentó regresar al cine con algunas comedias como In the Land of Women y My Mom’s New Boyfriend, en 2007 y 2008 respectivamente, estos proyectos pasaron sin pena ni gloria porque tampoco tuvo el interés de promocionarlos como debía. Meg estaba inmersa en su familia y no volvería a anteponerlo por nada ni nadie. “Estaba desilusionada por la hipocresía de un Hollywood que no me permitió ser yo misma y hacer un cine diferente, serio y sí, quizá polémico”, confesó al diario El País. De ahí que viviera solo para y por sus hijos. Aunque su hija menor no ha dado señales de querer seguir sus pasos, fue Jack quien decidió continuar el camino de sus famosos papás como actor siendo la serie The Boys, su trabajo más representativo hasta ahora.

Ahora, con 62 años de edad y tras más de 10 años de ausencia en las pantallas Ryan regresó con una película del mismo género como protagonista y directora: What Happens Later. De la mano de David Duchovny, Meg busca retomar su lugar en la industria y dejar de lado aquella mala racha que vivió al intentar cambiar de género en donde incluso, la realización de un desnudo la envió hasta la lista negra de Hollywood que terminó por desaparecerla del ojo público.

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