En septiembre de 2017, Meghan Markle protagonizó la portada de una famosa revista de moda, bajo el título “She’s Just Wild About Harry” (“Ella está loca por Harry” en español), en donde concedió una entrevista que, para algunos, marcó un claro desafío al protocolo real de la corona británica.
Meghan Markle rompió con el protocolo real por esta razón
En aquel reportaje, la exactriz de Suits habló abiertamente de su relación con el príncipe Harry. “Somos una pareja. Estamos enamorados”. Estas palabras, aunque simples, rompieron con la tradición de silencio absoluto que caracteriza a las parejas reales en ese momento de sus relaciones.
La entrevista fue supervisada por su firma de relaciones públicas, Sunshine Sachs, quienes intentaron destacar su lado filantrópico. Sin embargo, la revista prefirió resaltar su romance con el duque de Sussex, lo que desató una reacción negativa tanto dentro como fuera de la familia real.
Según el periodista Tom Bower, el equipo real había solicitado explícitamente que no se mencionaran temas delicados, como la política racial, ni su relación con Harry. No obstante, la estadounidense aprovechó la oportunidad para cimentar su lugar en la narrativa mediática, lo que algunos interpretaron como un primer paso hacia una postura más independiente de la corona inglesa.
El titular también generó controversia adicional debido a sus connotaciones históricas, ya que algunos lo asociaron con un contexto problemático del cine clásico. Meghan, según reportes, expresó su molestia por cómo fue presentada, considerando que la publicación no reflejaba sus esfuerzos como activista ni su identidad multifacética.
Mientras que para los observadores reales, este episodio fue un claro indicio de que la duquesa de Sussex no estaba dispuesta a adherirse completamente al protocolo real. En lugar de seguir las reglas tradicionales, la actriz parecía dispuesta a marcar su propio camino, lo que eventualmente se reflejaría en su papel como duquesa y en su posterior salida de la Familia Real Británica en 2020.
Este episodio, por su parte, encapsula el choque de culturas entre el enfoque moderno y mediático de Meghan y las rígidas expectativas de la monarquía británica, marcando un antes y un después en la relación de la pareja con la prensa y la Familia Real.